Cuando se trata de los magníficos murales de James Bullough, la idea de modelos masivos reconfigurados y fragmentados puede resultar un poco inquietante. Pero esto sólo hace que el efecto sea aún más sorprendente cuando uno se encuentra cara a cara con estas gigantescas obras maestras.
James se las arregla para mostrar imágenes hiperrealistas de gran detalle de personas que se arremolinan en el lienzo, jugando con la noción de realismo frente a la abstracción al mover trozos de los modelos. Al principio, James sólo pintaba de forma realista, pero una vez que empezó a colaborar con otros, su estilo cambió paso a paso.
Empezábamos con la idea de un retrato y luego lo dividíamos en secciones en las que yo hacía la parte realista y el otro artista hacía las otras partes en su estilo, explica James.
“Con el tiempo, empecé a experimentar un poco más con eso, y en lugar de tener piezas que faltaban y sacarlas, empecé simplemente a moverlas en el lienzo”.
Para que sus cuadros sean lo más realistas posible, James trabaja en su estudio con modelos. Pasa horas, a veces semanas, ajustando estas fotos en Photoshop hasta encontrar la imagen perfecta. Luego las amplía con un proyector o las dibuja directamente en el lienzo con una cuadrícula.
En realidad, es curioso que mis piezas ahora tengan mucho que ver con el movimiento y el desplazamiento, pero en realidad empezó por el deseo de poner a mis modelos en poses más incómodas.
Psicología del color: Cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón
Psicología del color: Cómo actúan los colores sobre los sentimientos y la razón
“Una vez que el boceto está en la pared, me muevo básicamente como una impresora, de un lado a otro. Cuando una sección está terminada, esa parte está terminada y simplemente me muevo como un virus por la pared”.
Una de las primeras cosas que se notan es el dinamismo inherente en cada mural. “En realidad, es curioso que mis piezas ahora tengan mucho que ver con el movimiento y el desplazamiento, pero en realidad empezó por el deseo de poner a mis modelos en poses más incómodas”.
Fue entonces cuando James pasó de los modelos de moda a los bailarines, porque, dice, son más conscientes de cómo pueden utilizar mejor sus cuerpos mientras están en movimiento.
Les pedí a las modelos que se movieran un poco más para que su pelo fuera una locura y la ropa no quedara plana, sino que se arremolinara a su alrededor. Descubrimos que la mejor manera de hacerlo era hacer que las modelos saltaran en el aire y se movieran mucho. Así que ahora ese es el tema principal de mi trabajo: se trata de saltar, flotar y moverse.
Es esta sensación de movimiento son las que elevan las creaciones de James a un nivel superior, y las hace más interesantes, e impresionantes, que gran parte del arte callejero que solemos encontrar.
