La obra textil de Sarah Zapata es envolvente y vigorosa logrando que el espectador quede inmerso en un mundo de fibra atrevida y de gran riqueza. Más allá del tacto físico y el uso práctico, la artista explora el modo en que los textiles ocupan el espacio y el modo en que las tradiciones y los conceptos de comunidad siguen evolucionando. “Lo que siempre pienso de la instalación, y por lo que me parece tan importante, es que el espectador es literalmente parte de la obra”, dice, indicando que suele utilizar el propio espacio como un material.
Los tejidos de Sarah Zapata se basan en técnicas tradicionales para crear objetos abstractos contemporáneos. Inspirándose en su herencia peruana y en la teoría feminista, su obra explora conceptos como el trabajo en el hogar y los sistemas de poder y control, así como la homosexualidad, el relativismo cultural y la identidad en todas sus dimensiones. Su obra se debate entre el pasado y el presente, entre la artesanía y las bellas artes, entre América del Sur y América del Norte.
“Resiliencia de lo que no se ve” la más reciente obra textil de Sarah Zapata
En el centro de arte John Michael Kohler de Sheboygan (Wisconsin), Sarah presentó su más reciente exposición individual en la que transformó la galería en una inmersiva sala llena de elementos contradictorios; paletas en tonos dorados y grises que se mezclan con tonos rojizos y violetas, con líneas estilizadas pintadas que contrastan con flecos hechos de la fibra, y tonos cálidos que se mezclan con la majestuosa y alborotada energía de los colores vivos.
La exposición además de tonos y texturas se basa en el Apocalipsis, el texto cristiano que Sarah escuchaba repetidamente cuando era niña en un hogar evangélico. La exposición “Resiliencia de lo que no se ve” se inspiró en sus experiencias con el miedo religioso en la adolescencia, junto con el estado de alarma producido por los primeros días de la pandemia, cuando todo era incierto. Los colores jugaron un papel importante a la hora de contemplar estas preocupaciones, y la inclusión del negro, el blanco y los grises fue una oportunidad para reflexionar sobre sus propias predilecciones. “Siempre tengo mucho miedo de que sea demasiado bello”, dice la artista. “La belleza es un punto de entrada muy importante, y siempre estoy pensando en cómo la obra puede ser accesible… pero tengo que desafiarme a mí misma a usar cosas que son tan feas. Y odio los neutros”. Conoce más sobre esta artista contemporánea entrando en su web.
