Los paisajes urbanos de Keita Morimoto se cubren de misticismo gracias a su perfecto manejo de la iluminación dibujada con óleo y acrílico. Estas pinturas reflejan un carácter inquietante entre la oscuridad y suaves luces amarillas de farolas, letreros luminosos de las tiendas y destellos de luz de las paradas de transporte público. En sus obras, el artista japonés explora la cotidianidad de la gente en la calle, sus movimientos diarios cuando se desplazan al trabajo o paseos nocturnos con los amigos, todo envuelto en un ambiente misterioso.
Morimoto evita incluir símbolos, marcas o características que identifiquen y sitúen los lugares en un contexto cultural y geográfico específico, prefiriendo, en cambio, reflexionar sobre la presencia de muchos de los males de la vida moderna. “En la sociedad actual, mucha gente sufre por la dificultad de vivir”, comenta Keita. Aunque el mundo actual está dominado a menudo por el control, el consumismo y el afán de producción acelerada, el artista se centra en la calma, la belleza y la magia que se esconden en cada esquina.
La cotidianidad en los paisajes urbanos de Morimoto son pintados con técnicas clásicas
Morimoto es conocido por sus paisajes urbanos y sus retratos pintados con una luz escenográfica que recuerda a Rembrandt y Edward Hopper, trayendo al presente las técnicas clásicas y transforma las calles cotidianas en mundos extraordinarios. Keita se basa principalmente en el proceso de “observación”, se interesa por analizar todo lo que le rodea y los acontecimientos de su vida cotidiana, basando los principios fundamentales de su estilo en la observación de cuadros clásicos.
El artista considera que el pintor holandés Rembrandt ha sido el más influyente en su obra, “Ya que me di cuenta de cómo se construían estas pinturas históricas de género mediante el uso de la luz y la oscuridad para crear narrativas”. Podéis ver más de esta misteriosa obra en la página web del artista y seguirlo en su Instagram.
