Hermosas ilustraciones de paisajes nocturnos llenos de magia y color hacen parte la nueva serie de pinturas de Jeffers, llamada “The Night in Bloom”, (La noche en flor) compuesta por diez obras en donde el artista representa extraordinarias escenas astronómicas y constelaciones perfectamente sincronizadas, que se expondrán próximamente en la Praise Shadows Art Gallery (enlace), un nuevo espacio en el que se exponen artistas contemporáneos emergentes y de media carrera, se venden libros de arte y obras realizadas por artistas y se ofrece asesoramiento a jóvenes talentos del área de Boston.
Oliver Jeffers es un artista visual y autor que trabaja con pintura, libros, ilustración, collage, performance y escultura. La curiosidad y el humor son temas recurrentes en la obra de Oliver como artista y narrador. A la vez que investiga las formas en que la mente humana entiende su mundo, su obra también sirve de desahogo cómico ante la inutilidad.
Ilustraciones de paisajes que cuestionan una perspectiva dentro del universo
“The Night in Bloom” (La noche en flor) responde a un nuevo enfoque del artista sobre un tema de larga trayectoria en su obra: la perspectiva dentro del universo. Al combinar objetos diferentes -estrellas en llamas y un cosmos arremolinado, con un elemento mundano anclado en la tierra- contrapone la inmensidad sublime de nuestros cielos con lo cotidiano.
Este trabajo presenta una nueva orientación para Jeffers, es decir, el estilo visual se inclina más que nunca hacia el mundo particular de las pinturas creadas para sus libros. Además, su elección del medio es un ejemplo de la renovación de su estilo. Por primera vez en su carrera artística, utiliza pintura acrílica en vez de óleo, y la mayor parte de las obras son sobre panel en vez de sobre lienzo. Jeffers también introducirá dos nuevas “pinturas mecánicas” interactivas que exponen las brillantes estrellas mediante una palanca antigua que el espectador activa.
Según Jeffers (enlace) “Los mundos más allá de nuestro mundo, cuyas pistas sólo se revelan cuando la luz de nuestro día baja lo suficiente como para ver los cielos dramáticos y brillantemente coloridos después del atardecer, sugieren una inmensidad que no podemos comprender por encima de nuestras cabezas. Son las mismas cabezas que se aburren de buscar qué poner en la radio, se preguntan cuándo llegará nuestra compra por Internet o qué actividad utilizaremos para pasar el tiempo este fin de semana. Tal vez haya más cosas en este asunto de estar vivo de las que nos damos tiempo (y perspectiva) para disfrutar”.
