Iñaki Otaola (Berga) tira de ironía para componer sus cuadros. Con una afilada mirada crítica, este pintor autodidacta residente en Bristol crea escenas cotidianas y excéntricas a partes iguales.
Su obra habla de deseos y frustraciones, de rutina, de armaduras que se desvanecen y nos dejan expresarnos, de vergüenza (¡quién no se ha cortado cuando está en grupo y sólo queda una aceituna en el plato!). Son pinturas descaradas y burlescas que remueven emociones a través de actitudes.
No sé vosotros, pero yo me he quedado atrapada en el mundo absurdo-surrealista de Otaola.