Hoy vamos compartir con vosotros una propuesta bastante peculiar. Como bien sabemos, la Nochevieja es una fecha que destaca con un vivo color rojo en nuestro calendario. Es la noche por antonomasia, un día en el que, independientemente del lugar del mundo en el que nos encontremos, la celebración se apodera de nuestras vidas. Es una noche para dejarse llevar, para olvidarse de los problemas y recibir con brazos abiertos el nuevo año, con la ferviente esperanza de que llegará cargado de logros y éxitos.
Sin embargo, como suele suceder, después de la fiesta viene la resaca. El primer día del año, además de ser el inicio de un nuevo ciclo, es también el día en que nos imponemos un propósito para el año venidero. Y, cómo no, uno de los propósitos más comunes suele ser “ya no bebo más…”.
Pero, ¿alguna vez os habéis preguntado cómo sería la resaca de Año Nuevo en la Nueva York de los años 40, la ciudad de las tentaciones y posibilidades infinitas? Pues bien, hoy os traigo una recopilación de imágenes que documentan precisamente eso.
Un viaje visual a través de la resaca de año nuevo en la Nueva York de los años 40
Este viaje visual nos remonta a la época dorada de la Gran Manzana, capturando los últimos coletazos de la Nochevieja y la inevitable resaca del día de Año Nuevo. Las fotografías que os presento son obra de varios fotógrafos estadounidenses que, con su lente, supieron captar la esencia de esas horas finales de celebración y el despertar del nuevo año.
Sistemas de retículas: Un manual para diseñadores gráficos
Sistemas de retículas: Un manual para diseñadores gráficosLas imágenes son un testimonio de la vida nocturna de la ciudad y dejan ver la diversidad y la riqueza cultural de la época. Se pueden apreciar las calles concurridas, los bares llenos de gente celebrando, los rostros de felicidad y cansancio, los vestidos elegantes y los trajes impecables, la música, el baile, el brindis… Todo ello conforma un paisaje urbano nocturno lleno de vida y energía.
Así mismo, las imágenes de la resaca del día siguiente son un retrato crudo y honesto de la realidad. Muestran el cansancio, la desolación y el desorden que a menudo sigue a la fiesta. Pero también se puede percibir una especie de serenidad y quietud, una calma que contrasta con el bullicio de la noche anterior.
Esta recopilación de imágenes ofrece una visión única y fascinante de la Nochevieja y la resaca de Año Nuevo en la Nueva York de los años 40. Una mirada al pasado que nos permite apreciar cómo, a pesar de los cambios y el paso del tiempo, algunas cosas siguen siendo las mismas. Y es que, al final, todos celebramos, todos bebemos y todos, inevitablemente, sufrimos la resaca del día siguiente. ¡Salud y feliz año nuevo!