Las icónicas portadas de la revista “Startling Stories”, una de las más reconocidas revista estadounidense de ciencia ficción pulp publicada de 1939 a 1955, se reconocen por las heroínas vestidas con fantásticos sujetadores de latón y trajes extravagantes que diseñaba Earle K. Bergey, un reconocido artista e ilustrador estadounidense que pintó portadas para miles de revistas de ciencia ficción y ficción pulp y libros de bolsillo.
El término pulp es la abreviatura del inglés “pulp magazines” (revistas pulp o revistas de pulp) que hace referencia a publicaciones de baja inversión y de material de baja calidad que fueron muy populares en los Estados Unidos desde 1896 hasta finales de la década de 1950. En especial, el término Pulp viene del papel de pulpa de madera barato en el que se imprimían estas revistas, de encuadernación rústica y de consumo popular.
Analizando detrás de las portadas de la revista “Startling Stories”
En la década de 1939 a 1955, la revista estadounidense de ciencia ficción “Startling Stories” se convirtió en un clásico. Esta joya, creada por la editorial Standard Magazines de Ned Pines, invitaba a los lectores a sumergirse en historias de otro mundo. Cada número de Startling, publicado bajo la atenta mirada editorial de Mort Weisinger, que también se ocupaba de Thrilling Wonder Stories, se convertía en una puerta a otro universo gracias a su novela principal.
Sin embargo, todas las historias tienen su clímax, y en el caso de “”Startling Stories””, fue la década de 1950. En busca de una nueva perspectiva, Standard Magazines renovó la revista en 1952 con una tipografía más elegante y portadas menos sensacionalistas. Pero a medida que la era de las revistas pulp se desvanecía, también lo hacía “Startling Stories”. Valientemente absorbió a sus revistas hermanas, “Thrilling Wonder” y “Fantastic Story Magazine”, en 1955. Pero el destino le deparó que, a finales de año, esta legendaria revista dijera adiós a sus lectores.
Durante todos sus años de existencia, “Startling Stories” no fue sólo una revista; constituyó una época, un testimonio de los días dorados de la literatura pulp de ciencia ficción.
