La pintora surrealista Alexandra Dillon crea retratos a partir de objetos encontrados; brochas gastadas, candados, hachas, herramientas que utiliza para pintar y hasta guantes, son el lienzo perfecto para la sobras de arte de Alexandra. Estos particulares retratos reflejan personalidades únicas. “Mis personajes vienen a mí como lo hacen los de un novelista, simplemente aparecen y me dicen quiénes son”. Comenta la artista.
Los retratos de mujeres seducen al espectador con sus miradas perspicaces y cuestionan la noción de sumisión como parte del protocolo femenino. Las mujeres son muy femeninas y, al mismo tiempo, tienen una gran seguridad en sí mismas. Incluso los hombres irradian un sentido de sí mismos que, en conjunto, refleja una experiencia colectiva: ser humanos, pero distintos y protagonistas de nuestro propio destino.
La mujer en la obra de la pintora surrealista Alexandra Dillon
Los rasgos de rostros pintados sobre utensilios obsoletos, como hachas, cuchillas y candados, generan nuevas lecturas sobre la feminidad. Estos elementos duros, típicamente masculinos, se combinan con la suavidad de lo femenino para crear paradójicas imágenes que se enfrentan a nuestra resistencia a la fuerza, el poder y el carácter de las mujeres.
La mirada de una mujer, pintada en un hacha vieja, o el rostro suave y pintoresco en una hoja de sierra circular, crean también un juego de palabras y nos obliga a cuestionarnos nuestras expectativas sobre qué representa una cara bonita, tanto en la actualidad como a lo largo de la historia.
Dillon reflexiona también sobre el mundo interior de las psicologías personales. El miedo, la agresividad y las razones ocultas están presentes en muchas de sus obras, pero, curiosamente, el sutil humor con el que están pintadas refleja un sentimiento de esperanza. Podéis conocer mas de su obra en su web y seguirla en Instagram.
