Raymond Lemstra es un ilustrador holandés con un estilo único e inconfundible. Sus trabajos están llenos de personajes fantásticos, simples y complejos a la vez, mezclando todo tipo de elementos que tratan de evocar a nuestra infancia ya que a medida que crecemos vamos perdiendo esa imaginación y esos momentos de niño que nos llevan a sitios increíbles.
Es genial como crea una distorsión donde partes de interés se enfatizan, otros elementos no se reducen o se dejan de lado, lo que significa que tenemos personajes que salen con la cabeza grande, donde el enfoque es en la cara y el cuerpo se recorta a sus propiedades esenciales.
Este contraste, entre lo ingenuo y lo sofisticado, da a la obra un sabor un tanto incómodo, creando un choque de intenciones, asumiendo al mismo tiempo la simplicidad y la complejidad, el azar y la razón, los defectos y la perfección. El propósito es inspirar un sentimiento de alegría y descubrimiento.