Dave Sandford es fotógrafo deportivo profesional desde los 18 años, y aunque ahora reside en la ciudad de Londres, su ciudad natal es Ontario, Canadá. Dave ha pagado sus facturas gracias a las fotografías de deportes, pero lo que más le apasiona es el mundo marino, todo lo que tenga que ver con el agua, siente la llamada de los oceános y los lagos. Desde que era un niño, le ha encantado estar cerca del agua, fascinado por su fuerza bruta y cautivado por el movimiento grácil de una onda y fascinado por el baile de la luz a través de ella.
Uno de sus trabajos más imponentes es de los Grandes Lagos, en concreto, el lago Erie, que a mediados de octubre a diciembre puede actuar más como un océano que como un lago. Este lago cuando desaparece el verano, y entramos en la oscuridad del otoño, los días fríos y ventosos transforman los Grandes Lagos en cuerpos salvajes y traicioneros. El nombre del lago Erie se origina de una tribu indígena que llamó el lago “Erige” o gato, debido a lo impredecible que es. Debido a la poca profundidad del lago, las condiciones pueden cambiar en sólo cuestión de minutos, con olas feroces surgiendo inesperadamente.