Verano de 1967, el centro indiscutible de la subcultura hippie fue un barrio de la ciudad californiana de San Francisco. Bienvenidos a Haight-Ashbury.
Con sus recargadas terrazas victorianas, Haight-Ashbury era una de las zonas de la ciudad que habían salido ilesas de los devastadores incendios que siguieron al terremoto de 1906. Pero fue después de la segunda guerra mundial, cuando las clases medias que vivían en el barrio se mudaron fuera de la ciudad y en la década de 1950, una autopista propuesta por la zona causó que los precios de las viviendas cayeran, haciendo caer en declive al ahora popular barrio.
Los alquileres hicieron el llamamiento perfecto a los beatniks y sus sucesores, los hippies.
Estilos de vida alternativos, cultura oriental, drogas y amor libre, la cultura de Haight-Ashbury atiende a todas esas necesidades. Abundaban las tiendas exóticas.
La tienda Psychedelic vendia marihuana y LSD sin ningún tipo de problema, hecho que facilitó la llegada de músicos psicodélicos, como Grateful Dead, Jefferson Airplane o Janis Joplin…
La cobertura de prensa del movimiento hizo del área un imán para la juventud de América. Miles de personas llegaron, y Haight-Ashbury se encontró con el problema de hacer frente a la gran afluencia de más 100.000 personas. Falta de vivienda, condiciones de limpieza, problemas de salud asociados a las drogas, hicieron tomar medidas.
Gracias al archivo fotográfico de Michael Ochs.