Diego Arroyo es un fotógrafo español y director de arte, con sede en Nueva York. Viaja por el mundo en busca de lo sutil: una sonrisa, un guiño de complicidad, esa mirada especial que revela nuestra esencia verdadera e íntima.
Su reto es tratar de captar la historia detrás de los ojos de los extranjeros, la magia subyacente que merece ser visto y por lo general sigue siendo imperceptible.