¿Os acordáis cuando el ir al videoclub era un ritual? Tu hermana elegía una peli para ella, tu una para ti, y luego tu padre decía que no… Bah! Siempre nos fijábamos en la caratula, la caratula era la seña de identidad, el estandarte de si aquella película podía fliparnos o no.
Pero no todo molaba, y prueba de ello lo vais a ver a continuación! Os dejamos una recopilación de lo que NO se debía hacer en aquellos años, un ejemplo de diseños casposetes, ilustraciones del becario de turno y fotografías dignas de la quema y malo en la presentación de lo que iba a ser el “amor a primera vista” de elegir o no esa película vhs. Seguro que os echáis unas risas.