A principios de los 80, el fotógrafo Bob Mazzer trabajaba como proyeccionista en un cine porno situado en el centro de Londres. Todos los días tenía que coger el metro para acudir a su lugar de trabajo. Bob salía tarde de su jornada laboral, a altas hora de la noche salía su tren hacía casa. A esas horas el metro estaba solitario, bandas callejeras, “fiesteros” borrachos y otros personajes de lo más variopinto daban vida al “London Underground”.
Bob Mazzer retrató el día a día la vida que se escondía por debajo de las calles de Londres. Un documento gráfico de gran valor que permaneció oculto todos estos años hasta hoy, que ha visto la luz en forma de exposición en la Galeria Howard Griffin de Londres.