A veces un evento mundano puede resultar ser el momento decisivo de una carrera. Esto es lo que el artista japonés Kensuke Koike debió de decirse a sí mismo cuando recordó el momento en que salió de esta tienda de antigüedades milanesa con un puñado de fotografías antiguas.
Nacido en Nagoya, Kensuke Koike se fue a estudiar arte a Italia y más exactamente a Venecia. Después de graduarse en la Academia de Bellas Artes en 2004 con su diploma en mano, el joven artista se fijó en la fotografía de la vida real. Fascinado por la fotografía, el artista se fue afianzando en la escena artística y realizó varias exposiciones en Italia.
Kensuke Koike va a una tienda de antigüedades, se siente atraído por viejas fotografías bizarras y decide llevarlas a casa. Luego imagina un proceso para dar un segundo aire a estos testigos del pasado. Para expresar su creatividad, el artista se basa en la ideología de su país natal: Japón.Querer insuflar nueva vida y un nuevo uso a un objeto que se ha convertido, con el tiempo, en olvidado, puede remitirse al Kintsugi. Este concepto, originalmente, consiste en reparar un objeto subrayando sus fallos con polvo de oro real, en lugar de ocultarlos.
Una verdadera oda a la resistencia, esta filosofía se refleja en los métodos de Kensuke Koike(web), que da forma a su propia visión del mundo a través del pasado.
Su trabajo es impresionante por su precisión. Doblando y recortando, el artista contemporáneo deconstruye totalmente las viejas fotografías para obtener una nueva historia. Una narración de la que es el instigador y que le permite expresar su arte recordando este al extremadamente bizarro Shintaro Kago. Con su ilimitada creatividad, le da a las fotografías olvidadas y a sus protagonistas un segundo de vida.
